Hace calor, sigue haciendo calor, tengo la camiseta mojada, pero qué esperas si estamos en verano. Anuncian que llega la gota fría de finales de agosto que suele acabar con los grandes calores, pero como siempre en muchos lugares seguiremos con temperaturas altas aunque el calor será ya más soportable.
Madrid en agosto y a pesar de la dichosa crisis, se queda vacía. Aparcar fácilmente en cualquier lado y atravesar la Castellana en pocos minutos son algunos de sus alicientes, el agobio de los atascos se suple con encontrar fácilmente una mesa en cualquiera de las muchas terrazas que tiene la ciudad, como ésta de la Plaza del Dos de Mayo. Cerveza, granizados y horchata, o agua mineral de marca, que dicen que la de grifo ya no es la misma, que no se parece a la de antes, que tiene demasiado cloro, pues bueno en la variedad está el gusto pero a mi la de botella me sabe sosa y es que se recomienda beber la de mineralización débil.
Es verdad que el agua mineral tiene muchos beneficios, contiene calcio, magnesio, sodio, hierro, cloruro, fluoruro, bicarbonato, sulfatos y potasio. Todo ello aprovechable, pero desde luego no adelgaza, se trata de beber líquidos que nos ayuden a eliminar toxinas y vale cualquiera, desde zumos hasta el agua de la fuente, no por estar embotellada hace milagros.
¿Y el agua del mar?, es conocido que tiene propiedades antibióticas que funcionan muy bien en los procesos de cicatrización.
Nadar o flotar en el mar ayuda a la relajación muscular y gracias a la presencia de yodo también favorece la recuperación de los músculos ante ciertas lesiones.
Desde hace décadas a las personas con problemas o enfermedades respiratorias se les recomendaba respirar brisa marina y darse baños en el mar y es que este tipo de agua favorece mucho nuestros pulmones siendo ideal para acabar con catarros, tos con flema y mejorar dolencias más serias.
Quieres sufren de enfermedades reumáticas como la artrosis se ven altamente beneficiados por los baños marinos que disminuyen el dolor en este tipo de padecimientos.
Su contenido en magnesio ayuda a calmar la ansiedad por lo que unos cuantos días en la playa es una terapia recomendada para quienes sufren de nerviosismo, estrés o depresión de leve a severa.
Los paseos por la playa además ayudan a masajear nuestros pies gracias a la textura y constitución de la arena, la que también podemos usar para exfoliar la piel.
Si vives cerca del mar haz una terapia marina al menos una vez a la semana, durante el verano puedes zambullirte y en los meses de frío simplemente respirar su brisa fresca llena de efectos beneficiosos para tu salud.
Notas alegres que suenan junto al baile de unas juguetonas olas y que reproducen al compás, el sonido del mar. Noches tristes que olvidar, cuando miramos tras el cristal de la inmensa ciudad buscando el reflejo del agua, pero está tan lejos que no lo logramos alcanzar. Entonces invade en nosotros la desesperación de salir huyendo, tratando de seguir la brisa del atardecer hasta llegar a alcanzar la deseada orilla de un inmenso y majestuoso mar.
Y agosto se va.